lunes, 18 de junio de 2012

Área Natural del Perú


PARQUE NACIONAL CORDILLERA AZUL


El segundo parque nacional más grande del país. No solo alberga la mayor extensión de bosques montanos de nuestro territorio, sino que además concentra la más extraordinaria variedad de hábitats de todo el Perú. El Parque Nacional Cordillera Azul es un verdadero paraíso terrenal donde la diversidad de flora y fauna aún se mantiene casi intacta.
El Parque Nacional Cordillera Azul, se origina del proceso de categorización y delimitación definitiva de la zona reservada Biabo Cordillera Azul, y fue declarado como tal, mediante Decreto Supremo Nº 031-2001-AG del 21 de mayo del 2001.
Su finalidad es conservar hábitats amenazados, como los pantanos de altura, comunidades biológicas en roca ácida, bosques esponjosos y bosquecillos enanos, cerros de piedras rojizas erosionadas, bosques de colinas y laderas, lagos aislados, arroyos y riachuelos de altura.


Ubicación

El parque Nacional Cordillera Azul se encuentra ubicado entre los ríos Huallaga y Ucayali, sobre los departamentos de San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco con una extensión total de 1,3 millones Ha y un perímetro de casi 974 Km lo que lo convierte en el tercer parque más grande del Perú y en uno de los mayores del mundo.
Colinda con 17 Comunidades Nativas debidamente reconocidas y tituladas por el Estado, que cubren 95,737 Ha y con Bosques de Producción Permanente (BPP), es decir para aprovechamiento forestal, en San Martín, Huánuco, Loreto y Ucayali.

Un poco de historia

Recién en 2000, tras el primer inventario biológico rápido de la zona --organizado por el Field Museum de Chicago-- se estableció la Zona Reservada Biabo Cordillera Azul y finalmente, en 2001 fue oficializado el Parque Nacional Cordillera Azul entre las cuencas del Huallaga y del Ucayali. Esta categoría le da al área natural la máxima protección según la ley peruana. Por su diversidad de paisajes y ambientes --que incluyen desde altas montañas y fallas hasta los extensos bosques de la llanura amazónica-- el parque posee una altísima diversidad biológica y más aún, es especialmente rico en endemismos, es decir en especies que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
Las investigaciones realizadas han permitido estimar a cerca de 6000 especies de plantas y 800 de aves, además de haberse confirmado la presencia de 30 especies nuevas para la ciencia, incluyendo al barbudo pecho escarlata (Capito wallacei), que sólo vive en las cumbres de unos pocos cerros del parque; una pequeña muestra de su gran variedad animal y vegetal.

Objetivo

El parque se creó para proteger esta diversidad única de plantas y animales y las inusuales formaciones geológicas, ya que además de su valor intrínseco, resguardan, por ejemplo, importantes cuencas hidrográficas que proveen de agua y otros servicios ambientales a cientos de centros poblados fuera del parque, por lo que se reconoce también la importancia de involucrar a la población local en el cuidado y manejo de las zonas adyacentes.
Descripción

El área de transición entre los altos Andes y la Amazonía, conocida en el Perú como selva alta, es una de las zonas naturales o ecorregiones de mayor diversidad biológica, es decir con más alta variedad de plantes y animales en el mundo, pero también una de las más amenazadas.
En su parte norte, se extiende un conjunto de formaciones geológicas únicas y resguarda la más extensa superficie de bosques montañosos intactos en el Perú, en donde el Plan Director del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas identificó en 1995 dos de las 38 zonas prioritarias para la conservación, incluyendo al Bosque Nacional Biabo Cordillera Azul establecido en 1961.

Zonas

Las zonas reconocidas al interior del Parque Nacional Cordillera Azul, son las siguientes:
   Zona de Protección Estricta
Esta zona incluye espacios donde los ecosistemas han sido poco o nada intervenidos, o incluyen lugares con especies o ecosistemas únicos, raros o frágiles, los que, para mantener sus valores, requieren estar libres de la influencia de factores ajenos a los procesos naturales mismos, debiendo mantenerse las características y calidad del ambiente original. En estas zonas sólo se permiten actividades propias del manejo del área y de monitoreo del ambiente, y excepcionalmente la investigación científica.
   Zona Silvestre
Son los espacios que han sufrido poca o nula intervención humana y en las que predomina el carácter silvestre; pero que son menos vulnerables que las áreas incluidas en la zona de protección estricta. En estas zonas es posible, además de las actividades de administración y control, la investigación científica, educación y la recreación sin infraestructura permanente ni vehículos motorizados.
             Zona de Recuperación
Es una zona transitoria, aplicable a ámbitos que por causas naturales o intervención humana, han sufrido daños importantes y requieren un manejo especial para recuperar su calidad y estabilidad ambiental, y asignarle la zonificación que corresponde a su naturaleza.
            Zona de Uso Especial
Son espacios ocupados por asentamientos humanos preexistentes al establecimiento del ANP, o en los que por situaciones especiales, ocurre algún tipo de uso agrícola, pecuario, agrosilvopastoril u otras actividades que implican la transformación del ecosistema original.

Clima

Está influenciado por su latitud y proximidad a la zona de convergencia intertropical así como por los diferentes pisos altitudinales que alberga, aunque es, en general, templado y lluvioso en áreas superiores a los 400 m.s.n.m y cálido y húmedo en la llanura amazónica.
Asimismo, toda la región está sujeta a un patrón de periodos secos, entre los meses de junio o julio hasta octubre o noviembre y eventualmente se presentan vientos fríos provenientes del sur, conocidos localmente como “friajes”. Las montañas más altas del sector norte y oriental de la Cordillera Azul constituyen una barrera para la humedad que proviene desde la llanura amazónica y por ello, en el sector noroeste del parque, los bosques son marcadamente más secos en los distintos niveles de altitud.

Ecosistemas

La cordillera Azul alberga las mayores – y mejor conservadas- extensiones de bosques montanos del Perú y por su accidentada geografía ofrece a su vez una gama de ambientes únicos que han permitido la concentración de una diversidad de animales y plantas y, especialmente, de un alto número de especies endémicas o exclusivas de la región. Las pocas, pero sobresalientes, investigaciones realizadas en el parque han dado fe de ello. Así, sobre la base del inventario biológico realizado en 2000 en los sectores de los ríos Pisqui y Pauya, los estudios ornitológicos de 1996 en la cuenca del río Cushabatay y varios sobre vuelos, además del empleo de mapas geológicos e imágenes satelitales se ha podido determinar 19 tipos de hábitat. Estos, han sido identificados a partir de las características de la vegetación y fisiografía y por su importancia biológica representan prioridades de conservación para el parque:
  • F      Bosque aluvial bien drenado
  • F      Bosque nuboso de estrato alto
  • F      Bosque aluvial mal drenado
  • F      Vegetación en formaciones vivas y Mesetas.
  • F      Bosque de terraza media
  • F      Pantano o altura
  • F      Bosque de terraza alta
  • F      Arbustal / Herbazal
  • F      Bosque de colina baja
  • F      Aguajal
  • F      Bosque de colina baja de altura
  • F      Laguna
  • F      Bosque de colina media
  • F      Cerros rojizos y blancos erosionados
  • F      Bosque de colina alta.
  • F      Áreas sin vegetación por derrumbes recientes.
  • F      Bosque de montaña de altura
  • F      Bosque seco intermedia
  • F      Bosque nuboso de estrato bajo
  • F      Biodiversidad

Flora

La vegetación es típicamente de bosque montano, aunque incluye sectores con vegetación considerablemente más seca hacia el oeste y vegetación de llanura amazónica, caracterizada por grandes árboles hacia el este. El inventario Biológico Rápido realizado en 2000 registró 1616 especies de plantas, estimándose entre 4000 y 6000 solo para la región norte de la Cordillera Azul. En tres semanas, los botánicos encontraron 43de las 105 especies de palmeras conocidas en el Perú, que además constituyen un importante recurso alimenticio para mantener densidades altas de mamíferos y aves.
Asimismo, se han observado por lo menos 12 especies que podrían ser nuevas para la ciencia, además de nuevos registros para el Perú y plantas muy poco comunes.
Entre las especies de árboles más importantes y de reconocido valor comercial presentes en la zona tenemos la caoba (Swietenia macrophylla), el cedro (Cederla spp.), el ishipingo, (Amburana cearensis), el tornillo (Cedrelinga catenaeformis), el palo ajo (Cordia alliodora); palmeras como la tagua (Phytelephas macrocarpa) y el huasai (Euterpe precatoria) y lianas como la uña de gato (Uncaria tomentosa).

Fauna

Como en el resto de la selva alta, la fauna es de influencia amazónica con presencia de monos, grandes felinos y diversidad de anfibios y al respecto, el Inventario Biológico Rápido realizado en 2000 registró numerosas especies de distribución y hábitat restringido; varias de las cuales son registros nuevos para el Perú e incluso nuevas especies para la ciencia.
Se han reportado 71 mamíferos, de los cuales una pequeña ardilla parece ser nueva para la ciencia, 516 especies de aves, incluyendo al Capito wallacei, una nueva especie exclusiva del parque, 82 anfibios y reptiles, de los cuales nueve –incluyendo a una salamandra de altura- posiblemente son nuevas especies y 93 especies de peces, de las cuales 10 también parecen ser nuevas para la ciencia.
La fauna del Parque Nacional está representada por numerosas especies de peces, sapos y ranas y serpientes, además de tortugas como el motelo (Geochelone denticulata), el lagarto blanco (Caiman sclerops). Las aves están representadas por numerosas especies, siendo las más comunes de ver por su tamaño los paujiles (Crax tuberosa), la pava de garganta azul (Pipile cumanenses) y la pucacunga (Penélope jacquacu), además de papagayos (Ara spp.) y otros grupos taxonómicos.
Entre los mamíferos mas representativos tenemos al otorongo (Pantera onca), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), la sachavaca (Tapirus terrestris), la huangana (Tayassu pecari). Algunas especies de monos como el choro (Lagothrix lagothicha) y la maquizapa (Ateles paniscus); además de otras especies animales como el lobo grande de río (Pteronura brasiliensis), osos hormigueros, ardillas, murciélagos, armadillos, entre otros.

Hidrografía

Por su relieve montañoso, la red hidrográfica del Parque Nacional Cordillera Azul comprende, sobretodo, cabeceras de cuenca. Estas están conformadas por ríos, quebradas y pequeños arroyos que nacen a partir de la condensación de la niebla- captada por los bosques de altura a modo de esponja- las lluvias y escorrentía, que gradualmente conforman los grandes ríos de las tierras bajas.
Las cabeceras drenan sus aguas hacia ambos lados de la cordillera formando así, dos vertientes principales; la del río Huallaga al oeste y la del río Ucayali al este. La época de lluvia se inicia en diciembre y, por lo general, dura hasta mediados de abril siendo más intensa en las partes bajas de las llanuras al este del parque y más leve hacia el oeste, lo que además explica la mayor sequedad en los bosques de este sector y contribuye a una mayor diversidad en los tipos de formaciones vegetales.
Suelos
Según un estudio sobre capacidad de uso mayor de tierras elaborado en 1981 por la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales- ONERN, en el territorio cubierto por el Parque Nacional Cordillera Azul, las tierras son en su mayoría de protección.
Estas, corresponden al sector de divisoria y cabeceras de cuencas de los ríos Hullaga y Ucayali en donde el paisaje es predominantemente montañosos y accidentado. Desde la parte central hacia el norte, entre las cuencas de los ríos Chipurana y Alto Cushabatay la fisiología da paso a colinas y mesetas estructurales fuertemente disectadas, lo que convierte al parque en una de las áreas protegidas con mayor diversidad geológica. Cabe destacar a este respecto la presencia de formaciones muy particulares como las Vivians, enormes mesetas traingulares de hasta 7 km de largo y 4 km de ancho que en ciertos sectores se elevan hasta 350 metros sobre la selva, los domos salinos formados por la sal acumulada durante miles de años por el mar que alguna vez cubrió la región y los pantanos de altura, humedales únicos en el Perú que existen sobre los 1400 m.s.n.m. y que aún no han sido muy estudiados.

Principales Recursos

Principales recursos: además de proteger grandes extensiones de bosques y cuencas hidrográficas que proporcionan agua y otros importantes servicios ambientales a numerosos poblados fuera del parque, Cordillera Azul encierra una gran diversidad de recursos de uso directo. Las comunidades campesinas y nativas asentadas en su zona de amortiguamiento e incluso nativos en aislamiento voluntario en el sector sureste del parque dependen de la fauna, flora y demás recursos que este les brinda.
Por ejemplo, la diversidad de hábitats acuáticos ofrece ambientes ideales para la reproducción de muchas especies de peces, incluyendo algunas migratorias y las preferidas para el consumo humano.
En ese sentido, el tamaño y aislamiento del Parque Nacional Cordillera Azul lo convierten en fuente y refugio genético; tanto de animales de caza como de plantas y árboles comerciales cuyo aprovechamiento desordenado puede estar extinguiéndolos en los bosques de extracción adyacentes y otras áreas del Perú.

Amenazas

\  Agricultura:

El avance de la frontera agrícola es la mayor amenaza para los bosques, especialmente los montanos como nuestra selva alta en donde la cercanía de las comunidades altoandinas favorece una acelerada colonización y búsqueda de nuevas tierras. Si bien en el sector oriental del parque, colindante con la llanura amazónica, la agricultura está limitada a las orillas de los ríos y sus meandros, la zona occidental – en torno al río Huallaga- soporta una fuerte presión por ser de más fácil acceso. Los distritos más críticos en este sentido son Tocache, Uchiza, Nuevo Progreso, José Crespo y Castillo al sur y los distritos de Alto Biabo, Bajo Biabo y Shamboyacu al norte.
\  Tala ilegal:

En el pasado, los recursos maderables económicamente valiosos han sido extraídos intensivamente de las áreas accesibles del parque por madereros itinerantes que durante años efectuaron una tala indiscriminada en diferentes zonas. Hoy, la caoba (Swietenia odorata), especie de mayor valor, es rara. Asimismo, el cedro blanco (Cederla odorata) es poco común y el cedro colorado Cederla fissilis) igual. De otro lado, el tornillo (Cedrelinga catenaeformis) que aún es frecuente, hasta hace poco venía siendo removido de los bosques de manera intensiva. Desde el establecimiento del parque se ha avanzado consistentemente hacia la erradicación definitiva de la tala ilegal en la zona. ¿Qué se está haciendo?
\  Caza y pesca:

Las poblaciones tradicionales vecinas al parque han utilizado siempre a la fauna silvestre y peces como un importante recurso alimenticio. No obstante, el incremento de la población ha contribuido al uso intensivo de estos recursos y, sobretodo, a la desaparición de su hábitat natural.
Los bosques nativos se han convertido progresivamente en chacras y, en sectores como el lado oeste de la zona de amortiguamiento, la mayoría de animales de caza simplemente ya no puede subsistir. Asimismo, la pesca con explosivos y químicos ha reducido drásticamente la disponibilidad del recurso. Felizmente hoy se desarrollan importantes trabajos hacia un manejo ordenado de la fauna silvestre y mejores prácticas de pesca.

Población

Salvo un grupo de nativos de la etnia Cacataibo-Camano que permanece en aislamiento voluntario en el sector sureste del parque, no existe ningún grupo humano asentado en su interior.
La población en la zona de amortiguamiento es de origen diverso, aunque los colonos son el grupo mayoritario y, en su mayoría, migrantes de zonas alto andinas que llegaron en busca de tierras agrícolas. Se encuentran distribuidos alrededor de todo el parque, pero sobretodo se concentran en el lado oeste. En la zona existen también, en menor medida, comunidades nativas de las etnias Piro, Shipibo-Conibo, Cashibo – Cacataibo y Kechwa-Lamista, legalmente reconocidas y en territorios otorgados por el estado.

Culturas Vivas

Si bien la gran riqueza ecológica del Parque Nacional Cordillera Azul resulta en si misma una base fundamental para su desarrollo, es importante enfatizar el rol que las comunidades directamente involucradas tienen dentro de este proceso.
Comunidades mayormente migrantes, y grupos sociales en aislamiento voluntario, forman parte de un panorama cultural en constante movimiento.

Tradición y Cultura

Si bien la mayor proporción de pobladores es migrante y proveniente de los Andes, existen diversas comunidades nativas presentes en torno al parque que poseen como común denominador una alta valoración por los recursos naturales, así como una abierta voluntad para protegerlos.
Además de una población indeterminada de nativos Cacataibos-Camano en aislamiento voluntario, existen hacia los distintos flancos del parque comunidades de las etnias Piro, Shipibo-Conibo, Cashibo-Cacataibo e incluso Kechwa-Lamista hacia el noroeste, las cuales conservan sus costumbres, dialectos y tradiciones hasta la fecha. Esto incluye una amplísima diversidad de conocimientos ancestrales sobre los valores naturales de la región e incluso, un gran potencial cultural y hasta turístico que en zonas como las cercanías de Tarapoto y Lamas, viene siendo desarrollado por las mismas comunidades.

Panorama Arqueológico

En términos históricos, existen evidencias de al menos dos culturas antiguas en el parque. En la cuenca del río Pauya se hallan cuatro edificios de piedra y postes con paredes de hasta cuatro metros de alto, primeras edificaciones de estas características conocidas en la selva baja peruana. Por su similitud con otros testimonios arqueológicos como los complejos de Kuelap y Gran Pajatén parecen estar asociadas a migraciones de los Chachapoyas desde el río Huallaga, ubicándolas temporalmente en el horizonte tardío.
La zona fue visitada por primera vez en 1983 cuando la arqueóloga Mónica Panaifo registró el primer edificio y los otros tres monumentos fueron descubiertos en una segunda expedición efectuada recién en 1996, aunque a la fecha, no se ha hecho el registro formal de estos monumentos arqueológicos y los estudios son todavía preliminares.
En las cuencas de los ríos Pauya y Cushabatay existen testimonios culturales de hasta 2000 años de antigüedad, mientras que en las inmediaciones del río Pisqui, los registros son más recientes y de culturas de origen netamente amazónico. Aunque se habla de la existencia de pinturas rupestres, hasta la fecha los testimonios han sido, sobretodo, utensilios, piezas de cerámica, etc.

Turismo

Por su difícil acceso, la actividad turística dentro del Parque Nacional Cordillera Azul es prácticamente inexistente, aunque algunos grupos especializados de observadores de aves han realizado excursiones en la zona norte con la finalidad de ver especies propias del lugar.
De otro lado, si bien la zona de amortiguamiento ofrece al turista una gran diversidad de atractivos naturales como cascadas, ríos, lagunas, aguas termales y cuevas, y culturales como petroglifos, fiestas tradicionales, gastronomía, artesanías y comunidades nativas (Quechuas-Lamas en San Martín, Shipibos en Ucayali-Loreto, Cacataibos en Ucayali, entre otros), el flujo turístico es limitado, debido principalmente a las pocas vías de acceso, escasa infraestructura y percepción de inseguridad respecto a los rezagos del narcotráfico y el terrorismo.
Sin embargo, la falta de desarrollo turístico en el parque y su zona de amortiguamiento es una ventaja por la gran oportunidad que representa a futuro para su administración. Presenta la opción – y el reto- de aprovechar lo aprendido en otras áreas protegidas y de involucrar a la población local en alternativas que la beneficien a la vez que contribuyan con la gestión del parque.



AUTOR: Stherling Jaffet Laguna Oloya

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